EN SINTONÍA CON EL CIELO (31) Comunicaciones de Roland del 25 de agosto al 1 de septiembre de 1947

No tenemos que salir fuera de nosotros para ser felices y para tener paz. Todo está dentro de nosotros, nos dice Ken Ranart en el dvd que nos regalaron el pasado viernes en el Hotel Foxá, de Madrid. «Toda persona tiene en su interior la fuente de la paz y la felicidad». Por eso, concluía con aquello de la Academia: «Conócete a ti mismo». De acuerdo en esto. ¡Pero esa fuente tiene un origen! ¡No viene de la nada! Aquí discrepo por no apuntar la fuente.  Creo que Jesús fue un magnífico «Despertador». El vino a despertar lo que Dios había puesto en lo más profundo de nuestro corazón. Recuerdo ese correo maravilloso que todos hemos recibido: se reúnen los diablos para ver dónde ocultar la felicidad; uno dice: «en lo más alto de una montaña»; otro: «en lo más profundo del mar». Y los otros diablos se oponene porque siempre habrá alguno que lo descubra y se lo diga a los demás. Entonces, un diablo viejo propone: «escondámosla en lo profundo del corazón; como todos irán a buscarla fuera, nadie caerá en la cuenta de que la tienen dentro y no descubrirán la felicidad».  Los «mensajeros crísticos», como Roland, tienen como misión continuar despertando, en nuestros días, los más profundos deseos del corazón humano. Hoy, Roland le descubre a su madre varias cosas: el deseo de felicidad eterna se puede ya tener aquí a través de lo que él llama el «sueño místico»; la búsqueda de felicidad nos viene avalada por la previsión cuidadosa de la de los hermanos del más allá; y hasta nos pone un ejemplo que todos conocemos: las vibraciones de paz que se encuentran en un bosque…  ¡Buenas noches!

Lunes, 25 de agosto de 1947. Plombiéres.

Me encanta que hayas sentido el sueño místico. Muy pocos seres han pasado por esa situación. Me gustaría analizarla contigo, para que pudieras volver a tenerla con mayor facilidad.

El sueño místico es una especie de entumecimiento del cuerpo, que favorece una salida del espíritu. La materia queda adormecida unos instantes; el doble se desprende; la criatura queda totalmente dominada por el alma. El individuo flota, apenas si oye los ruidos exteriores; no está ni dormido, ni despierto, ni muerto, ni vivo. No reacciona con los cinco sentidos, sino con su sexto sentido. Se encuentra en una especie de estado híbrido, que lo traslada a una esfera intermedia entre la tierra y el más allá, esfera similar a la primera zona que tenemos que atravesar después de la muerte.

Estas incursiones en esos planos te van a ayudar mucho a apresurar tu entrada aquí. Gracias por lo bien que trabajas para abreviar nuestra separación. Tu empeño en querer elevarte cada día más te hace ganar mucho tiempo.

¡Estoy muy contento! ¡Man! ¡Man! comprendo mejor tu amor por mí que cuando estaba en la tierra; era necesario por tanto ser un ángel para comprenderte. Y a esto se debe tal vez el que te falte tan totalmente tu pasión terrestre. Diles esto a todos los que se creen humanamente desheredados; olas de amor les esperan en el cielo.