Al final de su intervención en la última reunión, nos proponía Esther reflexionar sobre el tema del sufrimiento. Ella misma proponía analizarlo y debatirlo desde una doble perspectiva muy cercana, muy vital. Aquí no se trata de meras teorías. Es algo mucho más cercano. Las dos preguntas que Esther nos planteaba, nos las podemos hacer o bien personalmente o bien de una manera general:

1.- ¿Por qué se sufre o por qué sufres, cuando sufres?

► Encarnita Córdoba, Granada. Es la primera vez que siento curiosidad por ver en el diccionario lo que dice  la palabra “sufrimiento”: Es la emoción motivada por cualquier condición que someta a nuestro sistema nervioso al desgaste. Después hace un esbozo psicológico, con el que se puede estar más o menos de acuerdo, pero que no menciona la palabra “AMOR”.Para nosotros el mayor sufrimiento se da, por la perdida de un ser querido, el no poder abrazarlo o estar a su lado, etc. aunque sabemos que es solo su perdida física la que nos separa. Se puede sufrir también por circunstancias de la vida, pero que sabiéndolas afrontar con entereza, son pasajeras…

► Mary Carmen García Iñigo  Nos preguntas en tu carta ¿por qué y por quien se sufre?    ¿Por qué? No lo sé quizás sea nuestra naturaleza humana, nuestra cultura, nuestra falta de caridad lo que nos hace sufrir.

► Antonio y Nieves, Madrid.                                          

Querido amigo Alfredo: Estoy pasando un tiempo, como de desgana espiritual, leer poco, y falta de interés por los temas. Cuando pasa el mes, me da pena no haber escrito algo sobre la muerte de Jesús, u otras cuestiones que se han señalado y que me agradan, pero que en su momento parece que no las veo. El tema del sufrimiento es tan importante que trataré de decir algo.

1.- ¿Por qué se sufre o por qué sufres, cuando sufres?Estas preguntas podríamos plantearlas al revés, porque el ser humano casi siempre está sufriendo. ¿Por qué no dejamos de sufrir?Una de las principales causas de sufrimiento es el egoísmo, a veces no disfrutamos de lo que tenemos, porque estamos pensando en lo que no tenemos, o en lo que tienen otros. Al no valorar debidamente todos los bienes o facultades que Dios nos ha dado, valoramos en muchos casos las de los demás, potenciadas por nuestra envidia, y lo que debería ser causa de nuestra alegría, lo convertimos en tristeza y desamor. Hay otro sufrimiento importante, con los problemas de nuestro cuerpo, por enfermedad o vejez. Este sufrimiento muy distinto de unas personas a otras es difícil de analizar, por las circunstancias de cada persona. No se sufre igual por un dolor parecido, la persona que está acompañada que la que vive en soledad forzosa. Hay muchas personas mayores y enfermas que viven solas y como sin darse cuenta, no tienen otro pensamiento que los dolores que padecen, que al estar siempre en su memoria, potencian y elevan el sufrimiento y la pena. Hay algunas personas que resisten bien el dolor físico, en algunos casos por tener una férrea voluntad, en otras por relajaciones, o por disfrutar de una gran fuerza mental, pero es indudable que el mismo dolor, es un sufrimiento mayor para unos que para otros. Creo que lo más se busca en estas preguntas es el dolor o sufrimiento por haber dejado este mundo, algún ser muy querido por nosotros. ¿Lloramos solamente la ausencia, no verles, no poder comunicarnos, y por la falta de ayuda que podíamos recibir? Hay mucho más en nuestros sufrimientos. Los que se fueron, ─como en el caso nuestro después de una larga y dolorosa enfermedad─, quedamos marcados por los distintos estados del enfermo, como se va pasando lentamente en unos meses, de una persona fuerte y llena de vida, a otra que tiene que tener un cuidado extremo con todo. Hoy es este problema, mañana surge otro, todos se van solucionando pero la vitalidad del enfermo sigue bajando, hasta que  un problema un poco más fuerte que los anteriores termina con esa vida física, que pocos meses antes parecía indestructible. Este tiempo que pasa, va marcando con un halo de dolor tu vida, y ese dolor se hace insufrible cuando todo termina. ¿Cómo salir de ese dolor? Si lo supiera se lo diría a todos los que lo sufren, porque en el fondo creo que vamos saliendo poco a poco de este pozo sin fondo, a veces sin darnos cuenta, y estoy convencido que si salimos es esencialmente por la ayuda que recibimos del que se ha ido y de otros familiares que llevamos en nuestro corazón que se fueron antes, y que nos ayudan mucho. Pero si todos recibimos ayuda, ¿por qué algunos no notan mejoría y siguen igual de tristes? Pienso que la causa es que no creen en estas ayudas, piensan que pueden salir por sí mismos del pozo oscuro, y eso es casi imposible. En algunos casos la pérdida del ser querido y las circunstancias del caso, generaron unos odios terribles a otras personas involucradas en el accidente, o por el hospital u otras causas que impiden recibir ayudas hasta que esa persona perdone, y se de cuenta que nadie tiene la culpa de que su familiar se haya ido.

► Ana, Córdoba. 21.04.2007Querido Alfredo: Por si puede ser útil, a continuación voy a exponer mi opinión sobre el  CUESTIONARIO 8/2006-07

1.- ¿Por qué se sufre o por qué sufres, cuando sufres?Es una manera de aprender, de evolucionar, de purificar nuestra personalidad, formada por nuestro cuerpo mental, nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo físico. A través de nuestra personalidad se tiene que manifestar nuestra alma, pero difícilmente dejamos que esto ocurra, porque dejamos y queremos que en nuestra vida rija la personalidad, con su materialismo, sus emociones y pasiones desenfrenadas y sus egoísmos. Para que esta personalidad pueda ser l perfecto vehículo de nuestra alma y se manifiesten los deseos puros, el amor auténtico, el respeto, la fraternidad, etc., etc. tenemos que hacer todo el trabajo necesario para que nuestra personalidad no sea incompatible con el alma y a ser posible hacer una
fusión.
     ¿Por qué sufrimos? Porque nuestra personalidad se resiste y mucho a purificarse, a seguir las instrucciones del alma, porque seguimos pensando y actuando casi exclusivamente como seres humanos. Es lógica esa resistencia, pero si somos conscientes de ello, tenemos que rectificar. El mismo Cristo nos dió un gran ejemplo cuando dijo: «Padre, si es posible que pase de mi este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la Tuya», y sudó sangre. El sabía el dolor que le esperaba.
  2.- ¿Por quién se sufre o por quién sufres?► Encarnita Córdoba, Granada. Se sufre por la separación de un ser querido, por la enfermedad o el dolor que ves en el ser humano y ello incluye cualquier acto que hace sufrir y cuya lista sería demasiado larga…. En definitiva todo aquello que daña lo que conlleva el amor en sus más variadas formas.

► Mary Carmen García Iñigo ¿Por quien? Como yo creo que te refieres al sufrimiento por los que ya se han ido, pues bien, pienso que es por puro egoísmo. No tenerlos a nuestro lado, no tener sus caricias, sus besos, sus consejos, su presencia, nos hace sufrir (al menos ese ha sido mi caso, perdí a mi madre cuando tenia 10 años, y  han pasado cuarenta y ocho  y algunas veces la sigo echando de menos), hasta que no ha pasado el tiempo y he comprendido que su misión aquí había terminado, créeme que lo he pasado muy mal. Son muchas las preguntas que le he hecho al Padre, y  ahora, desde que estoy viendo y viviendo las experiencias en el grupo, lo entiendo mejor. Sé que ellos siguen estando a nuestro lado, nos siguen ayudando en todos los días de nuestra vida, gozando con nuestros momentos buenos y quizás sufriendo o intercediendo –siempre- por nosotros. Comprendo a los que han perdido a sus seres queridos recientemente, sobre todo hijos/as y esposos/as, el cambio de vida es muy fuerte y la experiencia muy dura .El tiempo mitiga el dolor y aunque nos duela la ausencia de su presencia, que estén seguros que ellos están bien, que nuestro paso por la tierra es breve, y juntos gozaremos en la otra dimensión. También necesitamos superarnos cada día y  hacer algo por los demás, personas de nuestro entorno, familiares, amigos etc.,  y esa ayuda y saber compartir es lo que nos da fuerzas para seguir luchando, y en medio de esa lucha diaria olvidar todos los sufrimientos que hay en este mundo, propios y ajenos. Se necesita ser fuertes, algo difícil pero necesario, y al mismo tiempo optimistas, mirar siempre el sentido positivo de las cosas y de los acontecimientos, estamos aquí para ayudarnos unos a otros.

► Antonio y Nieves, Madrid.Las respuestas se entremezclan y son intercambiables. Indudablemente sufrimos por nosotros, al principio por soberbia y egoísmo, le preguntamos a Dios, ¿por qué a mí? ¿Qué hecho yo, para que me hagas esto? parece que estuviéramos situados en un lugar de privilegio ante Dios y los nuestros fueran intocables. Sufrimos y mucho por nosotros, pero ¿solo por nosotros? No en absoluto, sufrimos pensando ¿cómo estará? y te vienen a la memoria todos aquellos espantosos recuerdos de lo que nos enseñaron de pequeños a los niños de nuestra generación. ¿Existirá el infierno para siempre? Y si mi hijo fuera mal preparado y su vida en el más allá solo fuera sufrimiento y pena. Más tarde te encuentras con personas adorables que con sus palabras de auténtico amor, van restañando despacio nuestras heridas. La labor que realiza este grupo del que formamos parte, es importantísima para mejorar mucho o curar nuestra alma dolorida. La mayoría de libros que leemos, siguen ayudando, y completa la curación “El Vuelo de la Mariposa”, ─dirigido por José Luis─, a los que hemos tenido la suerte de que se nos ha dejado llegar a ese mundo maravilloso, situado al otro lado del velo. Ver, sentir, estar cerca de ese ser querido por el que sentimos tanto dolor, -junto con otros seres de nuestra familia, queridos y muy cercanos-; sentir otras señales claras en momentos especiales etc., producen en nosotros como un bálsamo de amor que cura nuestras heridas del alma. No todo es malo en el sufrimiento, y como nos dice Pierre, comprendemos mejor el mensaje de la Cruz, después del sufrimiento.Seguimos sufriendo la ausencia de nuestro hijo, y sabemos que será para siempre, pero nuestro dolor es llevadero, y en los momentos de depresión, en que nuestras defensas son menos fuertes, recordamos que nuestro hijo Alberto Carlos, ha accedido a un mundo mejor, donde sus ocupaciones son primordialmente ayudar a los seres de ambos mundos que necesitan mucho su ayuda, y donde el Amor, es el centro y el norte de su vida.Nada más, Alfredo, un saludo y hasta el martes día ocho. Nieves y Antonio

►Ana, Córdoba. ¿Por quién se sufre o  por quién sufres? Sufrimos por casi todo, mientras que nuestra evolución no la llevemos a efecto.Sufrimos por todo y por todos; por los problemas económicos, porque nuestros deseos que pensamos que son los mejores, no se cumplen, porque mi salud no es buena; porque mis hijos no responden como yo quisiera, porque mi pareja me da problemas, porque creo que me han usurpado un puesto que era mío, etc. Sufrimos desde lo más lógico a lo más ilógico y la razón es que no vemos con los ojos del alma, sino con los de la personalidad, a la que tenemos que moldear a fuerza de mucho trabajo. Si nuestra personalidad fuera un fiel reflejo de la luz del alma, los sufrimientos desaparecerían.El trabajo que tenemos es importante, pero no debemos agobiarnos y sí recurrir al uso de todas las armas a nuestro alcance: AMOR, RESPETO, HUMILDAD, CONOCIMIENTO, ACEPTACIÓN, FE, ALEGRÍA, SERVICIO A TODA LA HUMANIDAD SIN DISTINCIÓN DE RAZAS, CREDOS NI POLÍTICAS, PORQUE TODOS SOMOS HERMANOS, HIJOS DEL UNICO DIOS, CON EL NOMBRE QUE LE QUERAMOS DAR. De verdad, de verdad, ¿por qué sufrimos?. Porque no evolucionamos.

► María Lourdes, Madrid.  [Este es el testimonio sufriente de nuestra querida María Lourdes, de Madrid, que lleva un año terrible. Hay realidades que no se pueden eludir, y menos cuando se trata de esta terrible secuencia de dolor. Por si alguno quiere escribirle a María, éste es su correo electrónico: espuma_51@hotmail.es Pero, por favor, no le pidáis que responda; a veces no puede ni sentarse en una silla. Aunque largo, lo dejamos intacto]

No os he podido escribir antes, en primer lugar porque no podía sentarme apenas, no sólo en el ordenador, sino en ninguna parte porque comprimía la nerviación.En segundo lugar: el peor. Porque mi ánimo ni me encontraba a mí, ni yo encontraba a mi ánimo.Hace ya mes y medio que me intervinieron. Desde entonces no he podido dejar de alternar las inyecciones con unos medicamentos para desinflamar y analgésicos de caballo. Desde el principio me molestaba la pierna izquierda: como hubo que extirpar la fibrosis que produje por cómo cicatrizo (ya os dije que es genético) que tenía enganchada toda la nerviación y además quitar el disco de encima del averiado anterior, me pareció normal y al cirujano también. Pero el tiempo ha ido pasando, hemos ido cambiando de medicación y el dolor es en las DOS piernas.Ayer, fiesta, tuve que llamar a urgencias y me enviaron un médico que me puso un calmante inyectado y dejó prescritos unos comprimidos y unas inyecciones que me estoy poniendo hoy el primer día de esta tanda.Llamé esta mañana para poder ir esta tarde a la consulta del cirujano que me operó. TAMPOCO ENTIENDE ESE DOLOR, porque me ha explorado levantando piernas pies y todo lo que se puede una figurar y reflejos, caminar de puntillas y de talón y demás. Y dice que NO HAY RECIDIVA, que no he hecho fibrosis, que todo va bien respecto de la intervención, por lo que, como cirujano, no tiene nada que hacer ahí. Que no es cuestión de intervenir, porque no procede cirugía, puesto que la que ha hecho sigue su curso normal. Pero que él no puede negarme si yo tengo esos dolores que son de origen neuropático. Además me ha dicho que no se podría hacer otra intervención en el futuro porque nos jugaríamos cargarnos la Duramadre, que, como sabéis, es la «madre del cordero» de la médula espinal. Y entonces sí que no tendría remedio posible, solo una silla de ruedas.O sea, que no tengo otra oportunidad de intervención posible. Ya llevo cuatro. Para mí esto es tremendo francamente, porque si la actual falla en alguna fase ¿qué me espera? Tengo que cuidarla como a un bebé o mejor incluso, porque me la juego y no es broma. La cosa es terrible, porque además no depende de mí el volver a hacer fibrosis y llevarme la nerviación por delante porque es genético y no se puede hacer nada. Y una intervención de fibrosis es peor que una hernia, porque hay que despegar lo que es parte de la médula de una cicatriz bestial que has producido y que la tiene atrapada y cortar esa cicatriz sin afectar el nervio. Hay que ser un manitas y te la juegas, porque puedes dañarla a la mínima. No es como retirar la nerviación limpiamente y quitar un disco deteriorado. Además de haberme quitado el disco deteriorado que tenía encima de éste. Ha tenido tela la cosa. Hay que ser torero para meterse en un  berenjenal así y con los antecedentes de las tres intervenciones previas.Me ha mandado una buena batería de inyecciones para continuar con las que me mandaron ayer y me ha dado 2 volantes interconsultas: uno para la Unidad del Dolor y otro para una reumatóloga que es el no va más en Madrid y de las mejores de España: González Cid (tiene una lista de espera de meses. Bueno). A ver si como dicen es la monda en lo suyo.Total, que puede ser de cualquier origen que desconocemos por ahora y que tienen que determinar esos doctores y los que vengan detrás, me temo, porque este calvario sé cuando comenzó, pero desconozco el final. El camino de la cirugía se ha cerrado para mí. Sólo queda averiguar de dónde procede ese dolor neuropático y ponerle tratamiento, que será una bomba de medicamentos para un estómago que ha pasado por dos úlceras, una de las cuales casi se me lleva (sin broma). Estoy francamente contenta. Voy a pedir el enésimo préstamo al Santander para contratar una banda de música y celebrarlo con pinchitos y todo. Como después de ese crédito no tengo más camino que la cárcel (porque si debes poco ese es tu destino y si eres un estafador de los grandes te hacen reverencias y te tratan de señor…) allí me quedaré, en la galería nº 3 o la  4, la que sea, y podré estudiar gratis como el Lute, tendré piscina en la que mejorar mi estado físico y me recuperaré mejor, haré ejercicios en el patio, nuevas amistades que me enseñarán perrerías útiles. En fin, el paraíso: «Del quirófano al paraíso». Y venderé millones de ejemplares (con  una buena promoción) y me haré asquerosamente rica: COJA O INVÁLIDA pero asquerosamente rica.Bien…Acabo de llegar del médico y me he sentado a contaros la alegría que traigo ante la perspectiva que tengo: maravillosa, fantástica, extasiante… no le encuentro calificativo.Perdonad el rollo que os he soltado. Lo cierto es que llevo pasándolo muy mal desde hace tiempo y no quería compartir los malos momentos, prefiero compartir los buenos porque sé que cada cual sufre en su vida y ya tiene bastante. Sé que me diréis que para eso están los amigos, pero a los amigos los quiero y no quiero hacerlos sufrir. ESTABA ESPERANDO PODER DAROS NOTICIAS ESTUPENDAS SEGÚN FUERA EVOLUCIONANDO, para que compartierais mi alegría, pero ya veis, he estado esperando para nada. Como veis, a trozos sigo igual de payasa, a pesar del sufrimiento. No lo puedo remediar. Creo que es el humor el que me salva. Es de las pocas cosas buenas que tengo. A veces, también se va, pero vuelve tozudo para salvarme. No sé de donde sale, porque no comprendo cómo me queda todavía, después de este calvario. Creo que es porque pienso que todos los demás seres sufren también injustamente, cosa que odio con toda el alma. Y que yo sólo soy uno más  de tantísimos. Algún día nos encontraremos para abrazarnos todos y decir: ¿os acordáis de cuando nos preguntábamos por qué a nosotros y ya sabemos la respuesta y es mucho mejor de lo que imaginábamos y tenía un sentido y era por algo bueno y valioso, no era estéril como pensábamos ni estábamos solos con un Dios ausente…? 

Alfredo, ya me pagué una operación (la segunda en esta jincana, después de que me dejaran prácticamente incapaz en el Clínico) con el Dr. Villarejo en la Clínica la Luz, millón y pico de pts. Me lo había recomendado todo el mundo y tenía una fe extraordinaria en él. Y me dejó mal. Hubo que hacer una tercera intervención de urgencia pasados unos meses que resultó bien salvo que hice fibrosis y fue necesaria una cuarta operación también urgente porque la fibrosis me estaba destrozando. No podía moverme. Después de ésta, como me han dicho y aconsejado, no puede haber más ¿te imaginas? no puede haber más. ¿Qué esperanza tengo? Quirúrgica, extrema jugándome la paraplejia.Si es fibromialgia, buena la tengo. Que Dios me ampare, si es que alguna vez se decide a hacerlo. Si lo tiene a bien…Ahora sólo me quedan los caminos de lo ¡PALIATIVO! Para el resto de mi vida. Contando con que no se fastidie esta operación de la que me estoy recuperando (si se puede decir así). Lo bueno que tiene esto es que ya sé a qué me enfrento en realidad. Ahora hace falta encontrarle el nombre y el tratamiento, que no será tarea fácil. Eso con suerte.Lo malo es que no ayuda nada a la depresión que estoy tratándome desde que fuí un error médico del Clínico y nadie quería operarme porque me habían destrozado en otro sitio.Jose Luis de la Rica, querido amigo, no sabes cuánto quisiera irme, no sabes cuánto. Te lo digo a tí porque me entenderás perfectamente. Quisiera que Dios me cambiase por algún padre de familia que esté sentenciado y lo salve a cambio de mí. Un trueque. Pero está completamente sordo. Tanta gente en plena vida queriendo vivir plenamente y se va…. y yo que me iría en una fiesta, llena de alegría, con el indulto en la mano… nada. Y tú haces bien a mucha gente, tiene sentido que sigas aquí, pero yo ¿para qué sirvo? Y menos desde hace ya 3 años de pesadilla. ¿Para qué sirvo yo? No valgo para mí ni para nadie. Pero no me indulta. ¿No es un disparate? ¿Veis? esto es justo lo que quería evitar y, al final, no lo he conseguido. Perdonadme si os he hecho daño con mis cosas. Por eso no me ponía en contacto, para esperar tiempos mejores y mejores noticias. Pero ahora sólo puedo compartir esta miseria en que me he convertido y la incertidumbre tan enorme que tengo delante. Es como un abismo. Una tela de araña de la que no consigues librarte. Una pesadilla de la que no te dejan despertar. Me parece mentira. Hay veces que no puedo creerlo.Ya sé que la pérdida de un hijo es el mayor espanto que existe. Sin paliativos. Pienso, salvando las enormes distancias, claro está y pidiéndoos disculpas a quienes habéis pasado por eso, que estoy viviendo una especie de muerte de lo que era. Mi propio duelo por mí misma. Por lo que no volveré a ser, por mi vida anterior perdida, por las cortas expectativas de solución que tengo por delante, por todo lo que me queda por luchar cuando estoy tan tan tan tan cansada…. que me cuesta un triunfo comer del agotamiento sobre todo mental. ¡Y todavía he de seguir luchando sin poder ni atisbar los resultados, si es que los hay!  Es demasiado.Os pido perdón, una vez más, por haberos contado esto. No lo merecéis. Yo tampoco.Os quiero. Os quiero mucho. No ahora. Siempre.Cuidaros, por favor. Espero, como siempre, la ayuda de los seres de Luz. Ellos nunca nos dejan. Algo encontrarán para mí. Estoy segura, aunque no sea fácil quitarme esta pena de encima.Montones de besos:   María.

►Alfredo, Madrid     ¡Pobre querida María! ¡Qué racha! No comprendo el dolor de los inocentes y tampoco este tuyo tan atroz. Tampoco sé decirte nada. Todas las palabras me parecen huecas ante una situación así. Sólo se me ocurren dos palabras no-huecas. Una, no te sientas sola. Estamos contigo los que te queremos. Ya sé que no te dejan los dolores, ni siquiera escribir. No te preocupes. Sé lo que quieres decirnos a mí y a todos los demás. De verdad, esta palabra no me suena a hueca. Ojala a ti tampoco te lo parezca. La otra palabra es recordarte a Alguien a quien los dos queremos y que, además de por el dolor, tuvo que pasar por la ignominia y la traición de los suyos. Dentro de pocas semanas recordaremos aquel crimen nefasto. Me gustaría también que esta palabra no te sonase a hueca. No te lo digo «de oficio», te lo digo porque los dos Lo queremos. ¡Que te sientas cerca de El y que sientas lo que El te diga y nosotros no sabemos decirte!

Momi, Madrid [Nos ha hecho llegar esta hermosa carta de la Dra. Revuelta, de La Paz, Madrid a un enfermo terminal] 

La doctora África Sendino Revuelta, médico internista del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, mantiene esta correspondencia con un paciente terminal, que, entre otras cosas, pide a sus médicos: «Ayudadme  a reconciliarme con mi muerte. No me dejéis solo. Asistidme para que la  hora anunciada en el rezo tantas veces -en la hora de nuestra muerte-   se realice ya en mi propio ahora»

Mi querido paciente y amigo:

Hoy, al salir de su habitación, después del paso de visita de esta mañana, me ha entregado su mujer un sobre, que contiene sus voluntades anticipadas. Me dijo que las redactó usted hace unos meses, cuando le diagnosticamos esta enfermedad que, a pesar de todo el esfuerzo que juntos hemos hecho, nos está ganando el terreno de su ya frágil salud

Le confieso que he caminado hacia mi despacho lentamente, sintiendo cierta tristeza al comprobar que yo era el médico, o el equipo, en el que virtualmente pensó usted al redactarlo, al que consideraba oportuno establecer ciertos límites en su actuación médica. Me senté en mi silla, ante mi mesa de despacho, sin poder impedir que la cabeza se me llenara de pensamientos sobre qué puede haber conducido a nuestros enfermos a la duda de que alguna de nuestras actuaciones no estén dirigidas al servicio de su bienestar, de su recuperación -si cabe alcanzarla-, del alivio de su dolor, y al consuelo de su sufrimiento. ¿Por qué se ha deformado la imagen de unos profesionales como personas obstinadas en provocar agonías interminables, o en impedir que la muerte, cuando se anuncia como irremediable, acaezca? ¿Acaso parece que no aspiramos ya a aliviar los síntomas y el dolor como objetivos prioritarios en todo momento?

Por fin me decidí a leer el contenido del sobre, dispuesta a conocer cuáles eran sus Instrucciones, redactadas para el momento en que ya nos encontramos.

«Éstas son mis instrucciones previas, por si cupiera la duda de qué es lo que deseo que se haga hacia mi persona cuando la enfermedad me conduzca a una situación irreversible, terminal. Van dirigidas a mis médicos, a mis amigos, a mi familia.  Nunca me digáis: No podemos hacer nada más, porque eso nunca será cierto.  No me rehuyáis la mirada, cuando la mía sea angustiada; no desviéis vuestra atención cuando no sepáis qué responder o qué decirme; prefiero vuestro silencio respetuoso cubriendo y amparando mi dolor.

Es vuestra presencia cercana, oportuna y… a veces breve, la que me consuela, no vuestro afán por intentar encontrarle a todo respuesta. 

No intentéis nutrir mi esperanza cambiándome de tema, como he visto hacer a veces, derivándolo al dolor que también vosotros padecéis a causa de vuestro juanete izquierdo, o de la jaqueca que tuvisteis ayer…, o a cualquier otra trivialidad.

No administréis a mis quejas fáciles colofones, que a veces se vuelven patochada, del tipo de ¡ya vas a ver que esto no es nada! Regaladme con el consuelo que para mí supone desahogarme comunicándoos mis dolores, mi pena, mi preocupación, y sentirme comprendido. 

No me sometáis a pruebas inútiles en este momento, como apelar a mi fortaleza anterior ante las adversidades, la de mis tiempos de salud. Me rechinaría escucharlo, porque eso no haría más que hacerme presente alguna de las pérdidas que me ha conllevado ciertamente la evolución de mi enfermedad.

 No me hagáis sentir vergüenza por mi miedo; lo que necesito es estar seguro de que voy a ser tratado en mi final como lo fui cuando empezó esta vida que se me acaba: querido, cuidado y asistido. 

Cuando mis efectos vayan decayendo, necesitaré mayor dosis de vuestros afectos.  Ayudadme a reconciliarme con mi muerte, dejándome hablar de ella con vosotros, si así lo deseo. No sabéis el bien que recojo cuando me permitís hacerlo, sin mitos, sin morbo, sin censura. Éste es el único medio extraordinario del que quiero beneficiarme. Ya lo sé que os es muy caro, que os provoca ansiedad, pero acompañadme en este proceso. No me dejéis solo. 

Acercadme todos aquellos procedimientos que contribuyan a que pueda vivir con paz este tiempo, técnicos, psicológicos, espirituales.  Asistidme, o hacedlo por mí si yo no puedo, para que la hora anunciada en el rezo tantas veces -en la hora de nuestra muerte- se realice ya en mi propio ahora. En mi ahora». 

Al terminar la lectura de sus Instrucciones anticipadas, yo, querido paciente, me he permitido responderle mediante esta carta: gracias por pedirnos aquello por lo que ya es noble hacerse médico. 

África Sendino Revuelta 

►Elías, Oviedo.

LA ESCALERA Y EL SUFRIMIENTO: SIMBOLOGÍA

La escalera simboliza la unión de lo inferior con lo superior, a través de peldaños unidos y ascendentes. La filosofía china del yin y del yang visualiza la estructura dual, antagónica y evolutiva, de todos los fenómenos cósmicos y humanos. Todo en el universo está estructurado en parejas de opuestos que se atraen, se repelen, se completan; están en el origen y en el desarrollo conflictivo y doloroso de toda evolución e involución; de toda perfección e imperfección; de toda vida y de toda muerte; de toda felicidad e infelicidad humana.

Hay dolor humano porque hay sensibilidad en nuestro sistema nervioso central y periférico, para el placer y el sufrimiento. Estamos programados genéticamente para la felicidad y la perfección, cada vez mayores y más altas. Sufrimos para alcanzar la felicidad. Sufrimos para conservarla. Sufrimos al perderla. Felicidad e infelicidad se condicionan y son inseparables, como el polo positivo y negativo en la electricidad.

El sufrimiento humano es producto de varios factores, escalonados e interconectados:

1 Catástrofes naturales. Terremotos, inundaciones. El universo no es perfecto. Está en proceso de evolución, de mayor equilibrio entre tendencias cósmicas constructivas y destructivas. Está en “dolores de gestión y de parto.”

2 Imperfecta evolución mental y espiritual, a nivel individual y personal.Hay mucha incapacidad para percibir la realidad compleja de los acontecimientos y de las personas; hay mucha irreflexión y mucha irresponsabilidad, en la toma de decisiones; hay mucha improvisación e imprevisión de consecuencias, en nuestras acciones, reacciones y omisiones. Hay poca capacidad de discernimiento crítico y autocrítico. Hay poca madurez y realismo en las interpretaciones; falta de formación, información y transformación personal.

3 Imperfecta evolución institucional.Las instituciones educativas necesitan mejorar sus métodos; sus contenidos; sus bjetivos; su capacidad para hacer de su alumnado verdaderos ciudadanos; verdaderos profesionales; verdaderos constructores de la Fraternidad universal.Las religiones organizadas deben pasar de infantilizar, fanatizar, fatalizar, adormecer y esclavizar la conciencias, a crear creyentes adultos, libres, liberadores ilustrados, esperanzados e innovadores.Los Gobiernos deben mejorar constantemente la justicia social; la distribución de los recursos económicos y oportunidades de mayor bienestar social para con los más necesitados y los que más sufren la injusticia.

►Maria Ángeles Fernández, Gijón (Asturias)

[El poema de Margaret Fishback, que nos recuerda Marian es muy oportuno en este tema del sufrimiento. Ella nos lo recuerda:]

 “Huellas” ha llegado a mí, a través de un libro que, buscando en una librería, me tropecé con el, o el conmigo, jeje. Me ha gustado tanto, que, de vez en cuando, quiero recordaros  y a la vez recordarme a mí, el porqué de las muchas cosas que nos suceden. Los que no la habéis leído, que la disfrutéis. 

HUELLAS

Una noche tuve un sueño.Paseaba por la playa en compañía del Señor.Sobre el cielo oscuro relampagueaban las escenas de mi vidaY, en cada escena, yo observaba dos senderosDe huellas en la arena.Uno de ellos era el que formaban mis propias pisadas, y el otroEl de los pasos del Señor.Cuando la última escena de mi vida apareció ante mi, me volvíPara mirar las huellas en la arena.Entonces sólo pude ver un sendero de pisadas.Me di cuenta de que esto había sucedido en los momentos másDolorosos y tristes de mi vida.Aquello me confundió, y le pregunté al Señor por mi dilema.“Señor, cuando decidí seguirte, tú me dijisteQue caminarías  y conversarías conmigo a lo largo del sendero.Y sin embargo veo que, en los momentos más tormentososDe mi vida, sólo hay una hilera de pisadas.No logro comprender por qué, cuando más te necesitaba,Me abandonaste.”Y El, en un susurro, me dijo, “Preciosa niña mía, yo  te amoY nunca te abandonaré, nunca, ni siquiera en medio de tusPruebas y tribulaciones.Cuando veías sólo un sendero de pisadas en la arenaEra porque yo te llevaba a ti entre mis brazos”.  “Huellas” fue escrito por Margaret Fishback, una joven mujer en busca de respuestas en un  momento difícil de su vida. Y nos recuerda  en todo momento que Dios no nos abandona nunca y que en medio de las pruebas y las tribulaciones de la vida está más presente que nunca en nuestros corazones.