En el breve relato “Planilandia” (“Flatland” en el original, disponible en castellano), escrito en 1884 por el profesor, escritor y teólogo inglés Edwin Abbott Abbott, se nos presenta un mundo de dos únicas dimensiones (2D) habitado por figuras geométricas planas tales como triángulos, cuadrados, pentágonos … y hasta círculos, organizados socialmente según el número creciente de sus lados. El narrador, un cuadrado, visita en sueños Linealandia, un mundo unidimensional (1D) en el que solo existen segmentos lineales, y Puntilandia, mundo sin dimensiones compuesto de un sólo punto con consciencia de su existencia, que ocupa todo y no sabe de nada aparte de sí mismo; en ambos mundos “Cuadrado” intenta explicar la existencia de su mundo de dos dimensiones, pero nadie le entiende. «Cuadrado» recibe entonces la visita de una esfera tridimensional (3D), a la cual él mismo no puede comprender hasta que la esfera le ayuda a ver la tercera dimensión por sí mismo.  Finalmente, cuando “Cuadrado” intenta convencer a sus conciudadanos de la existencia de otros mundos multidimensionales es acusado de corromper el pensamiento y el orden social establecidos y acaba en prisión de por vida. Impotente, queda encerrado anhelando que “alguien” encuentre algún día las memorias que allí escribe.

Pues bien, en esta conferencia de tan complicado título, el profesor Jourdan se vale también del concepto de multidimensionalidad para buscar un modelo aplicable a los fenómenos de visión panorámica en 360º y de multilocalidad que muchas personas dicen haber experimentado cuando han tenido una experiencia de salida de su cuerpo (ESC), forme ésta o no parte de una experiencia cercana a la muerte (ECM). Y su modelo es bien sencillo: estas personas, durante su experiencia, están fuera del universo en el que viven habitualmente, están por tanto en “ninguna parte”, y acceden a un mundo con más dimensiones que les permite disfrutar de tales capacidades. Para entenderlo mejor solo hace falta pensar en cualquier cuadro (2D) de los que cuelgan en nuestros museos o en nuestras casas: ninguno de los personajes en él pintados podría tener una visión completa del cuadro sin salir de él.  Pero nosotros, que vivimos en un mundo 3D, podemos gozar de ello.

Resumiendo, para poder conocer simultáneamente todas las características de un mundo de “n” dimensiones hay que hacerlo desde un mundo de al menos “n+1” dimensiones. Y esto es lo que ocurriría en las ESC. Realmente sorprendente, inquietante y prometedor. Comprendemos ahora mejor los problemas de “Cuadrado” para explicarse a sus congéneres.

Pero no nos olvidemos de lo importante. Lo que el Dr. Jourdan pretende con todo esto es intentar aclarar el modelo de percepción implícito en las ESC: ¿qué es lo que ven y cómo consiguen percibirlo los que pasan por estas experiencias de salida del cuerpo?

¡Buen día!

ESTUDIO Y MODELIZACIÓN DE LAS PERCEPCIONES DURANTE LAS EXPERIENCIAS DE SALIDA DEL CUERPO

Dr. Jean-Pierre Jourdan
Médico, responsable de investigación médica Iands-Francia
Autor de «Deadline- dernière limit» Ed. Les 3 Orangers, 2007

jourdanBuenos días. Voy a tratar de ayudaros a hacer un pequeño viaje hacia una dimensión inferior, contrariamente a lo que se pudiera creer. Cuando se investiga sobre las ECM y se intenta encontrar buenas razones para seguir haciéndolo, es decir tener certeza de que se trata de algo serio, se busca una cierta objetividad. Se recogen en primer lugar los testimonios y los detalles que éstos aportan, pero hay otros niveles de objetividad. Las bases de esta investigación se basan en 70 testimonios que he seleccionado entre 400 que se recogieron desde la fundación Iands-FRANCE.

Son, a priori, los más ricos en detalles y en cosas interesantes. Entre estos 70 testimonios, 48 incluyen una experiencia fuera del cuerpo –vieron al menos su cuerpo y lo que ocurría alrededor– de los que 24 personas pudieron comprobar personalmente percepciones a nivel de objetos, de escenas percibidas o de diálogos. Lo que es muy interesante es que cuando se trata de asegurar los elementos objetivos se tienen comprobadas las escenas, las indicaciones temporales, etc., pero es importante centrarse en las particularidades de esta percepción. Porque el que vive una ECM está, por definición, inconsciente. No tiene ojos, ni orejas y, a priori, tampoco un cerebro que funcione detrás. Comenzábamos haciendo la pregunta: ¿cómo percibiste? Percibir es adquirir información.

Y las respuestas a esta pregunta eran especialmente interesantes porque son totalmente absurdas en apariencia. Se verá que, detrás de este absurdo, hay una lógica, a mi juicio, muy sencilla.

Por ejemplo, con mucha frecuencia, en uno de cada tres casos (15 casos de 48), desaparecen los límites del campo visual; cuando se mira normalmente solo se ve delante de uno mismo y un poco por los costados, mientras que en una ECM esta limitación parece desaparecer. Cito: “Me hice esta reflexión: anda, se ve por todas partes a la vez. Yo veía por todas partes, tenía un ángulo de visión de 360º”.

Luego, en 12 casos de 48 (1 de cada 4), los testigos hablan de una percepción simultánea desde “todas partes a la vez”. “Yo veía todo y tenía también puntos de observación diferentes: desde arriba, de lado, de frente, desde abajo, cuando veía el sofá, los muebles y la habitación, estaba a la vez arriba, de lado, de frente, de perfil”.

Además, hay algo que parece extraño, se trata de percepción por trasparencia. En 18 de los 48 casos, más de 1 de cada tres 3, se dan testimonios de este tipo: “Cuando salí de mi cuerpo, veía a través de todos los objetos”. Todo esto es bastante curioso y vamos a tratar de encontrar el punto común entre percibir el entorno sin limitación de campo visual, percibir un objeto o una escena desde todos sus ángulos simultáneamente, y percibir por trasparencia. Pero también partir mientras se permanece en el mismo lugar, atravesar los muros, y manifestar: “yo estaba en todas partes y a la vez en ninguna”.

Para ello, vamos a hacer una pequeña observación preliminar. Vemos una estatua, la Venus de Milo, que tiene 3 dimensiones de espacio, un largo, un ancho y una altura. Y en la medida en que estamos en un universo de 3 dimensiones de espacio no podemos, por ejemplo, ver simultáneamente su vientre y su glúteo. Para verla desde todos los ángulos será necesario rodearla y para verla por encima de su cabeza será necesario subir a una escalera.

Por tanto, para ver un objeto en 3D (3 dimensiones) desde nuestro universo de 3D hay que rodearlo, o que el objeto gire sobre una peana.

Por el contrario, veamos un cuadro de Cézanne. Como una pantalla o una hoja de papel, es un universo en 2D, solo hay un largo y un ancho. La observación que se puede hacer es que, si bien hay que rodear a la Venus, aquí, por el contrario, toda la información contenida en el cuadro nos es visible desde un punto de vista exterior. Con tal de no tener la nariz pegada a la imagen, se puede ver, de manera natural, absolutamente todo lo que hay. Es una manera de comprender la noción de no-localización de la conciencia.

Por tanto, vamos a hacer una observación muy sencilla: la totalidad del contenido de un universo de dos dimensiones es visible simultáneamente con la condición de que uno se encuentre en el exterior de ese universo, por tanto en una 3ª dimensión. Es lo que hace todo el mundo en ese momento al mirar una pantalla a distancia.

Generalizando, se puede decir que la información contenida en un universo de N dimensiones es accesible en su totalidad con la condición de que uno se encuentre fuera de ese universo, en una dimensión N+1.

Esto me va a permitir desarrollar la siguiente pista de trabajo. Una investigación es siempre: “todo ocurre como si …”. Lo que os presento es un modelo, no una explicación ni una hipótesis. Es una proposición para un cuadro que permite comprender muchas cosas. Después habrá que darle consistencia, validarlo o rechazarlo, pero esto es solo un modelo. En una experiencia fuera del cuerpo todo ocurre como si el testigo percibiera nuestro mundo desde una dimensión complementaria. Pero percibir desde un punto  exterior depende también de la distancia. Si te acercas a una pantalla no verás lo mismo que desde el fondo de la sala, por los efectos de perspectivas que dependen de la distancia y de un eventual desplazamiento. Y vamos a ver que ciertas descripciones aparentemente absurdas responden a estos efectos de perspectiva.

La dificultad está en que nuestro universo incluye tres dimensiones de espacio más una dimensión de tiempo. Si se quiere comprender lo que sucede en una ESC va a ser necesario razonar en cinco dimensiones. Hay gente que sabe hacerlo, yo no, por tanto voy a simplificar.

En lugar de una quinta dimensión, vamos a tomar un universo simplificado en 2D, que tiene solo un largo y un ancho, y un personaje de este mundo plano que llamaremos Dedé. No hay espesor, lo mismo que la flecha de un ratón de ordenador no puede salir de la pantalla, sino solo desplazarse por ella. Para un ser bidimensional, durante una experiencia fuera del cuerpo, todo ocurre como si percibiera su mundo desde una dimensión complementaria, desde cierta distancia. Para nosotros es normal, pero para él la noción de altura no tiene ningún sentido, lo mismo que nosotros no podemos imaginar una dimensión de espacio complementario.

Por ejemplo, tomemos una escultura de 3D. Podemos rodearla, subir a ella, pero no podemos penetrar en su interior. En el mundo de Dedé hay también una “escultura”: algunas letras sobre una hoja de papel que forman la palabra “QU©I”, con una pequeña c en la O: ©). El puede rodearla, puede chocar con las paredes, pero no puede pasar a través de ellas, entrar en el interior, ni ver la pequeña c que está en la O.

Dedé está en la U, vamos a tratar de comprender lo que ocurre cuando sale de su cuerpo y se encuentra a una distancia creciente fuera de su universo.

Para comenzar, lo que ve Dedé cuando se encuentra en su plano de origen. Imaginad que su universo es la superficie de la pantalla. Cuando llega ante la palabra “QU©I”, él la ve por el canto. El espesor es nulo. Lo ve de un lado o de otro, pero no puede ver las caras ocultas, como nosotros con la Venus de Milo.

Dedé sube a la 3ª dimensión, a poca distancia. Su casa no tiene techo; en tiempo normal, debe pasar por las puertas para ir a cada habitación. En la 3D, a una distancia mínima, va a pasar a través de los muros. Es como si se deslizase por la superficie de la pantalla. Como en: “Una aspiración rápida me arrastró hacia lo alto, haciéndome atravesar tordas las estructuras materiales del inmueble sin la menor dificultad. Mis desplazamientos estaban sujetos a mi voluntad con un efecto instantáneo, me desplacé a través de los muros, flotaba en el aire. Todo era como como en la realidad exactamente…, salvo que podía ver los elementos de la materia y pasar a través de ella”.

Cuando la distancia es mínima, el punto de vista no cambia en absoluto, por tanto Dedé ve su universo por el canto; nada sorprendente, como en la realidad. Pero tiene la facultad de jugar al pasa-muros.

Ahora vamos a hacerlo subir algunos milímetros. Sale de su pantalla y de su hoja de papel. Hay, por tanto, una diferencia fundamental: en su estado normal solo ve lo bajo de las letras, y aquí comienza a ver delante, detrás, lo que hay en el interior. Por el contrario, vamos a imaginar que lo que ve es un poco más plano que esto, para él esto no será chocante,  esto le va a permitir ver simultáneamente lo de delante y detrás de los objetos, lo que ellos contienen. Y su sistema nervioso tiene una manera muy simple de comprender esto.  Para nosotros esto existe también: cuando se ve la parte delantera y trasera de un objeto, lo mismo que lo que contiene, ocurre simplemente que este objeto nos es transparente.

Yo veía de lejos, veía de cerca, y también por trasparencia, veía a través de los objetos, recuerdo haber visto un tubo de pintura roja de labios en el bolso de una enfermera. Si deseaba ver el interior de la bombilla que iluminaba la habitación, llegaba a ella y todo de forma instantánea, cuando lo deseaba. Vi mi cuerpo sobre la mesa de operaciones y yo estaba encima y veía todo, por todas partes, incluso a través del cirujano”.

Lo que sería divertido es que un día un paciente le dijera al cirujano: “¡Oiga, he visto que tiene cálculos en su vesícula, debería hacer que le operasen!”

Tenemos también: “Yo tenía una visión global, veía como con los ojos, con nitidez, veía todo al mismo tiempo, tenía la impresión de ver el anverso, el reverso y por trasparencia. A veces, como si estuviera en el interior de mis ojos”. No tengo tiempo de insistir en este último punto, pero está acorde con lo demás.

Ahora vamos a elevarnos un poco más. Para ver la palabra desde todos sus ángulos, en su estado normal debe dar la vuelta y adoptar estos puntos de vista sucesivamente. Imaginemos que durante su experiencia fuera del cuerpo sale más. En lugar de ver las cosas por el canto, en lugar de verlas por trasparencia, ve esto mucho más arriba. En lugar de necesitar dar la vuelta a la “escultura”, ve simultáneamente la cara derecha, la cara izquierda, ve tanto lo de debajo de la U como su “entrada”. Puede ver la “i” bajo todas las costuras y todo ello simultáneamente. Por tanto, la impresión para él va a ser que se encuentra “en todas partes a la vez”. Porque hay que comprender que está uno habituado a percibir desde el lugar donde nos encontramos.

Por tanto se asocia siempre el hecho de ver con el hecho de encontrarse en un lugar, que permite ver desde cierto ángulo. En las ECM daría la impresión de que no hay ojos y de que la manera de percibir es diferente, pero cuando se mira una cosa se tiene sin embargo la impresión de estar en un lugar concreto. Por tanto, en este caso tiene la impresión de encontrarse en todas partes a la vez. La interpretación espontánea que se tiene al volver es: “Tenía la impresión de estar en todas partes a la vez, es decir a la derecha, a la izquierda, delante y detrás”.

Para él no hay arriba y abajo. Logra esto: “Ver a la vez desde dentro y desde fuera, esta impresión casi de visión holográfica, no una visión panorámica sino ver delante, detrás, todos los detalles simultáneamente”. Y efectivamente, cuando se ve un cuadro se ven simultáneamente todos los detalles.

Yo contemplaba mi envoltura carnal desde todos los ángulos a la vez, de cara, de lado, de perfil. ¡Descubría aspectos de mi físico que nunca había distinguido!”. “Veía desde varios ángulos de visión distintos, desde varios sitios al mismo tiempo”.

Esta particularidad se da en todos los niveles, porque cuando uno tiene la nariz pegada a la pantalla y se aparta un poco ve cosas que no veía antes. Si se retira más puede ver una habitación entera en la que se encuentra la pantalla.

La enfermera se precipitó y volvió a bajar a la habitación donde yo estaba, porque yo estaba a la vez arriba, abajo, por todas las partes de toda la clínica y por todas a la vez”.

Si recuperamos a Dedé, su mirada puede abarcar simultáneamente lo que ocurre en cada habitación, a la derecha, delante, a la izquierda, detrás. Si retrocede más, se pasa del plano de la casa al plano de la parcela.

Lo curioso es que se tiene una visión muy amplia de las cosas, era como si me encontrara en varios lugares a la vez”. Se trata de una señora intoxicada por monóxido de carbono a la que los bomberos reaniman en su casa. Sus hijos habían ido al pueblo a casa de la abuela, que vivía al otro lado de una gran cañada, a 800 metros, y que “¡frecuentemente miraba con gemelos lo que ocurría en nuestra casa!” Ella explica: “Por tanto, al mismo tiempo me encontraba también en casa de mi madre que decía: “oh, ha debido ocurrir algo en casa de los padres porque están allí los bomberos”. Ella miraba con los gemelos, los hijos miraban con ella por la ventana, y yo estaba detrás de ellos”.

Por tanto esta señora se vio simultáneamente en su jardín y luego en casa de la abuela.

Una vez que se ha comprendido que este punto de vista exterior permite comprender esta percepción desde “todas partes a la vez”, vamos a ver cómo explica también la percepción “desde 360º”. Esto solo depende, en realidad, de lo que es observado. Cuando se ve un objeto en particular, hay que rodearlo si se está en el mismo plano. Si por el contrario se miran también los objetos de alrededor, se vuelve uno sobre sí mismo para mirar, no da la vuelta alrededor de todos los objetos. Son dos gestos totalmente distintos. Por el contrario, si se tiene una mirada que viene de una dimensión complementaria, la misma mirada según su punto de interés ve el objeto bajo todos los ángulos, o bien se interesa por muchas cosas y, en ese momento, no tiene ningún medio ni ninguna necesidad de darse la vuelta o volverse a dar la vuelta. No hay limitación de campo visual para el universo observado.

Tenemos 15 casos sobre 48 en los que los testigos describen una percepción sin limitación de campo visual. “Se ve globalmente, desde 360º”; “Yo tenía una percepción global, como esférica, de la habitación”; “Mi campo de visión era más amplio que de ordinario”; “Visión global, sin necesidad de volver la cabeza a derecha o izquierda, o incluso de darse la vuelta”; “Estaba sorprendido por el hecho de que podía mirar desde 360º, veía delante, detrás, debajo, de lejos, de cerca”.

En realidad, todo depende de la manera como se centre la atención. Uno puede concentrarse en un detalle o percibir el conjunto. Se tiene entonces la impresión de ver de lejos o de cerca. “Yo veía por todas partes sin ser deslumbrado, sin límite de campo visual, o límite de agudeza. La visión es diferente, se ve por todas partes sin arriba ni abajo. La luz no deslumbra, se ve por todas partes a la vez”.

He aquí otro efecto que se comprende muy bien. Uno no tiene un zoom en los ojos, pero puede centrar su atención. Si se mira una pantalla, se la puede ver globalmente, se puede ampliar, ver la escena, ver que hay una pantalla por cada lado, volver a focalizar, etc. En ningún momento se ha movido, es solo la atención la que se ha centrado en un punto o, por el contrario, se ha desfocalizado.

Hay que comprender que esto funciona a la vez como un desplazamiento y como un zoom. “Cuando se quiere ir a una parte o se interesa por alguna cosa, es como si se hiciera un disparo de zoom. Lo permiten a la vez el desplazamiento y la percepción. Es difícil separar los dos”.

Esto es lo que he explicado hace poco: estamos tan habituados a estar en el lugar desde el que percibimos que si percibimos algo más detallado, la interpretación automática es que uno se ha acercado. Se encuentra en  gran cantidad de testimonios esta ambigüedad que es perfectamente destacada por los testigos. Es a la vez el desplazamiento y la percepción, es difícil separar ambos. “Veo por todas partes a la vez, salvo cuando diviso un objetivo hacia el que me veo proyectado a gran velocidad”. Es también esta impresión de ver por todas partes a la vez cuando se mira globalmente, pero si se mira alguna cosa con mayor precisión, se la ve con una atención incrementada y se tiene la impresión de ser proyectado como si se fotografiase encima con un zoom. “Mis desplazamientos dependían de mi voluntad con un efecto instantáneo”; “zoom instantáneo de mi visión, sin desplazamiento por mi parte”. Este testigo se dio cuenta de que no se había movido de su sitio pero que su visión era distinta, su atención se había centrado en un objeto particular. “Cuando estaba fuera del parque, a la altura de los árboles, recuerdo muy claramente haber tenido este efecto de zoom, puesto que sin desplazarme, pude ver el interior de un árbol, después el porche del hospital que estaba iluminado, desde más cerca de lo que habría podido verlo normalmente”.

Siguiendo esto que atrae la atención o la mirada, resulta una impresión de zoom que es solo una focalización de la atención. Es también una cosa muy frecuente que pide ser estudiada. 15 testigos (38 %) cuentan este efecto de zoom.

Vamos a tratar de comprender cómo se puede estar en todas partes y en ninguna. “Yo tenía la impresión de estar a la vez en todas parte y en ninguna”. Es decir tan minúsculo como grande. “Era muy raro, y con mucha lucidez”. ¿Cómo comprender esto?

Se ha visto que cuando nuestra mirada ve la casa (el plano) en su conjunto, está en todas partes a la vez. Puede desplazarse sin que nada material se desplace dentro de la pantalla, pero en realidad no se encuentra en ninguna parte dentro de la pantalla. La impresión de estar en todas partes a la vez viene del hecho que se puede “ver” por todas partes a la vez, pero al mismo tiempo no está en ninguna parte puesto que no está en este plano, sino fuera. Está fuera del universo de que uno viene, por tanto en “ninguna parte”.

Ahora, vamos justo a sobrevolar lo que ocurre cuando Dedé se mueve en esta dimensión complementaria. “Después del choque, salí de mi cuerpo de una manera geográficamente generalizada, estaba a la vez por todas partes con una visión panorámica”. Por tanto Dedé se imagina que está dentro de la U y que sale de su cuerpo. En ese momento, se va a desplazar en una dimensión complementaria, en lugar de un desplazamiento en su universo, a la derecha o a la izquierda en su plano. Cuando sale no está en ninguna parte en su plano, pero cuanto más se eleva mejor ve una gran parte. De aquí la impresión de salir de una manera “geográficamente generalizada”, pues no sale a un lugar concreto, sino que sale de todas partes con relación al universo que se deja. Y la visión panorámica se comprende a la vez muy bien en este contexto puesto que se eleva por encima de su universo.

Otro testimonio: “Después de familiarizarme con el estado de pasear, partí cuando estuve seguro de quedarme en el mismo lugar. Yo diría que mi visión se amplió”. Es lo mismo que la impresión de salir de manera “geográficamente generalizada” o la “visión panorámica”.  La impresión de partir, cuando se está seguro de haberse quedado, se comprende muy bien puesto que Dedé parte de un lugar concreto de su universo y no se desplaza a ninguna parte de su universo, ni a derecha ni a izquierda, no sale de U por su “puerta”. No está en ninguna parte de su universo, por tanto se ha quedado en el mismo lugar y no se ha desplazado con relación al universo que conoce. Pero al mismo tiempo ha “partido” y su visión se ha ampliado. Cuanto más se eleva más amplia visión tiene de su universo. Por tanto, estos dos testimonios son completamente similares y hay otros.

Justo dos efectos complementarios, que parecen raros pero están unidos al desplazamiento. “Yo tenía una percepción y una visión de conjunto. No estaba a 3 metros, era una visión global, panorámica en la habitación, pero desde muy arriba. Como si hubiera podido ver a través del hormigón, y al mismo tiempo no fuera la misma cosa”. Si Dedé sale de su cuerpo y se aleja cada vez más lo ve cada vez más pequeño. Tiene por tanto la impresión de “subir” con relación al cuerpo. Pero, en realidad, en lugar de subir se aleja en una 5ª dimensión, se ve el cuerpo cada vez más pequeño pero en ningún momento va a atravesar el techo, o entonces ve el techo al mismo tiempo. Tiene por tanto la impresión de ver a través del hormigón, puesto que ve el cuerpo muy pequeño, ve “desde muy arriba”.

Desplazamiento muy lento, sesgado, hasta el techo… pero el techo me pareció sumamente alto, me parecía que a medida que subía hacia él, se elevaba a la vez que yo”. Cuando uno se eleva en una habitación, en un momento dado va a tocar el techo. Pero si se “sube” en una 5ª dimensión se tiene la impresión de haber retrocedido con relación al cuerpo, aunque en un momento se ve al cuerpo suficientemente pequeño como para tener la impresión de estar en el techo. Sin embargo, puede uno seguir alejándose del cuerpo sin acercarse al techo, puesto que no se desplaza “en dirección” al techo sino en una dirección que es a la vez perpendicular al cuerpo y al techo. De aquí la impresión de que “el techo se elevaba al mismo tiempo que yo”.

Está bien, ya podéis desataros los cinturones.

Me falta tiempo para tratar sobre el tiempo… Hay que saber que contamos con declaraciones similares, que parecen peregrinas y contradictorias, con relación al tiempo. Lo estudio en mi  próximo libro. Se encuentran exactamente las mismas declaraciones relativas al tiempo y se pueden comprender de manera tan sencilla como lo que acabamos de ver.

Gracias por vuestra atención.